Atardecer, sin suelo, elevándose la espalda

sin techo, ni salida, ni metas que no aguarden,

levitando en nuestra propia historia,

sin profetas que proclamen nuestros nombres

ni odas para ensalzar nuestros destinos

Nunca se sabe, nunca, qué será de nosotros,

si nuestro amor permanecerá inocente,

lejos de cualquier plegaría costumbrista

de roles  relatados y fingidos

Y tú me miras,  por mucho que prometas

lo que hablarás, lo que dirás mañana,

será un misterio clavado entre las rocas

y aún así vale la pena la incertidumbre

porque aunque el mundo gire volteándome los pies

siempre llevo una carta en el bolsillo,

con olores de azul en aquel antes,

ayer de guiños sobre ese beso escrito

en un rincón escondido de mi cuerpo

Un poema, una canción, no es otra cosa

que aquellos pensamientos que se guardan

 

 

 

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s