Como regalo de esta Navidad me gustaría que penséis en un bosque, frondoso en roble, luz, aterrizando sobre el acantilado.  Hay cuatro árboles y  en cada árbol hay un tesoro

    LUZ. El primer regalo es el árbol de la luz. Os trae la lanza, llamadle lanza de Lug, de Trium, o el oriental y magnífico puente flotante entre los cielos. Cuando no tengas fuerzas, piensa en tu lanza, aquí la tienes, para traerte el sol y la montaña. La pureza del bien.

   PLATA-El segundo árbol te regala la espada. Es una espada de plata, llámale espada de Nuada, Excalibur, o la espada torneada en esmeraldas. Es el poder alquímico de la plata. El proceso inverso. Plata, hojalata, lo menos, siempre lo menos. Las manos siempre abiertas al día.

      La lanza y la espada convergen en la misma fuerza. Por eso ambos árboles están unidos formando un puente. Para un buen gobierno siempre es preciso el equilibrio de valores. No debe perturbarte el deseo de que la plata que se vuelva oro, lo esencial es el proceso inverso, el oro que torna la plata, pues hallarás en el camino hacia lo menos, el reencuentro con el hombre. No queremos transformar el oro en plata, sino enriquecer nuestro proceso interior.

  ABUNDANCIA- El tercer árbol trae el caldero, llámale de Dagda, de Thor, o un caldero, en el sendero del viento. La abundancia de la cosecha. Los panes y los peces. Los recursos limitados en ilimitados. Ningún hombre tiene poder sobre la tierra y los recursos son dados para todos. El compromiso.

TODO Y NADA- El cuarto árbol os regala la piedra del destino, llámale de fal ¿El grial?, más que eso, el origen de la vida. El principio y el fin. La conexión telúrica con el universo.

           Los cuatro tesoros son alegorías. No son objetos reales. Sabiduría, valentía y fuerza.  La lanza más poderosa, la fuente del movimiento, el nudo gordiano de la espiral. Actúa por el bien. Cuando unimos nuestra espada y nuestra lanza encontramos la piedra del destino y en ese momento somos plenos, nada nos envilece. Fuerza para emprender el camino, valentía para seguirlo, sabiduría para usar el conocimiento.

         Deseo que en vuestras vidas estén presentes estos tesoros cada día.

Torno mi lanza en luz

Iluminando

el sendero del aire

ese puente flotante entre los cielos

el camino no me parece agreste

torneando la planta en esmeralda

oteando al sol

contaminando los ojos

de la bendición de loto

y del suave aroma de los nardos

FELIZ NAVIDAD.

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