Despejando la Y

Hoy no tienen sentido las metáforas,

el cielo está bien gris,

y yo ya no sé hablarte,

digamos,

que te desconozco,

que tú me desconoces.

 

Hace tiempo que cambié mi foto de perfil,

aquella de la playa, tú te acuerdas,

cuando pasear era ejercicio de profetas

en la fotografía del futuro,

restaurándonos,

el sol en aguacero

y aquel viento,

ligero,

empujando las nubes.

 

Tú ya no me hablas de aquel mar,

batiéndote la frente

y yo he dejado de nadar contracorriente.

 

Y aun así,

permíteme que te haga una última sugerencia,

aunque el tiempo no nos devuelva,

aquellos segundos no pensados

seamos rebeldes al despejar la «Y»

entre la libertad de las incógnitas.