A veces no damos importancia a los regalos de la vida, salvo, cuando se marchitan.
Una rosa te di,
como palabra
de pétalos cobalto
y verde oliva,
de risas maceradas en paciencia,
soñante de venidas,
paraguas de aguaceros,
una rosa te di,
empoderada.
Esa rosa pequeña,
de amplio cáliz,
la que se marchitó
por no cuidarla.