A veces,
con un solo gesto,
se rompe el castillo de naipes
la cordura,
marchitando las piezas del puzle
y ya no hay velas que calmen los atardeceres
A veces,
con un solo gesto,
se quiebran, se agrietan las paredes
y todo es un tsunami,
arrebatando,
los deseos
que ayer se postraban sobre las barandillas
de nuestras miradas.
A veces,
con un solo gesto,
el dolor te empapa
tanto…
que se pierde
el sentido de verte.