Tres días y dos noches,
pudiera ser el inicio de cualquier oferta publicitaria,
de una escapada a los infiernos.
Tres días en tu ausencia desgarrada,
tras el coraje del desánimo,
sobrepasando la espera,
amordazando todos los miedos
Tres días y dos noches,
dos noches como dos siglos,
clavándose los segundos,
desesperados
pegados al teléfono.
Es duro el silencio,
y la duda,
tras la sombra postrada
en tu fotografía
No me llores
2 noches y tres días
mintiéndome,
porque no te puedo llorar,
se me han secado las lágrimas.