Pudiera escribir los versos más hirientes,
descarnados entre las rendijas de la madera
y el terciopelo rojo de los asientos.
El Mal hace notar en la Sala su presencia,
contagiando los estrados de un peso plomizo,
la luz no encuentra la claridad de la mirada,
tropezándose con el filo de unos ojos ausentes.
Pudiera escribir esos versos amargos
Pudiera hacerlo,
cuando hasta las campanillas de las ánimas se tuercen
en el lugar de los empeños,
esos versos aciagos, acuchillados
en el gemido sangrante de la impotencia
que hoy se pega a mi piel,
Ella, ya no te volverá a ver
no te verá llegar a casa cada tarde.
He visto lo suficiente
hemos visto lo suficiente
aunque la realidad siempre nos sorprenda,
todas podemos ser objeto de diana de cualquier psicópata,
todos también podemos serlo,
todos
dolor, delirio, fuego,
pudiera escribir versos hirientes
tal vez,
pudiera hacerlo.