Naturalismo y rima, ágil y despierta. Querída Emilia Pardo Bazán. He aquí el poema que le dedico.
En las binarias galeras de lo nuestro,
comparte cicatriz este poema,
sobre la sangre gélida de espera,
que volvió para escribir de otra manera.
Y no lo creas, no, ya no es mi mano
la que urde telares con estrofas,
ni la que ha de traerte en primavera,
Son tus versos salvajes que rebrotan,
como un truco de magia sin chistera
por mucho que tú aun no lo creas.
«Firma y versos a las damas
son cosas que no se reclaman«.
Va a ser que sí, (Emilia), sí
y ahora también se proclaman
para traerte aquí, en sabia nueva.